Un nuevo ciclo político ilumina Euskal Herria. Multitud de agentes políticos, sindicales y diver- sas organizaciones de todo el mundo trabajan junto a la sociedad vasca con el objetivo de lograr una solución justa a un conflicto que se ha alar- gado durante décadas. Una labor que ha dado sus frutos, ya que estamos recorriendo el camino para llevar a Euskal Herria hacia una democracia y paz real. Aún queda mucho por hacer, pero no es poco lo realizado hasta el momento. El dialogo abierto durante los últimos meses y los acuerdos y las resoluciones adoptadas muestran la solidez de los cimientos de la resolución del conflicto. Es- tamos haciendo el camino, poco a poco, de esta- ción en estación.
El proceso de resolución del conflicto debe reparar
con atención tanto en las causas del conflicto
como en sus consecuencias. Esto, entre otras
muchas cuestiones, nos obliga a hablar de la si-
tuación que viven los y las presas políticas vascas.
Durante las últimas semanas son muchos los que
han situado su foco de atención en esta situación,
desde el Acuerdo de Gernika hasta un sin fin de
representantes políticos y organismos a favor de
los Derechos Humanos, tanto en el País Vasco
como en el ámbito internacional. La situación de
los y las presas está presente en la agenda polí-
tica. Por nuestra parte, tenemos claro que la po-
lítica penitenciaria debe situarse en claves de re-
solución democrática. En ese sentido, considera-
mos oportunas también para Euskal Herria las
soluciones aplicadas para los y las presas en con-
flictos como el de Irlanda o Sudáfrica.
Aún así, consideramos que a pesar de que la si-
tuación de los y las presas está presente en la
agenda política, la política penitenciaria continúa
vulnerando sus derechos más fundamentales.
Son muchas los y las presas que siguen encarce-
ladas a pesar de haber cumplido su condena. Ac-
tualmente, continúa habiendo presos y presas
que con enfermedades sumamente graves no son
excarceladas. La dispersión provoca accidentes de
forma constante. Se trata de situaciones que vivi-
mos con extrema preocupación y que deben de
ser resueltas con suma urgencia.
Ante semejante atropello consideramos funda-
mental la implicación de la sociedad. En el País
Vasco, una amplia mayoría del mapa político, sin-
dical y social ha insistido reiteradamente por el
final de la política penitenciaria vigente, al igual
que lo han hecho multitud de agentes y organis-
mos de carácter internacional. Sin embargo, el
hecho de que la situación no haya sufrido apenas
modificaciones, nos ha llevado a considerar que es
el momento de reforzar las siguientes peticiones:
1- Que los y las presas vascas sean trasladadas a Euskal Herria
3- La desactivación de la cadena perpetua que se impone en el Estado francés, dando paso así a la libertad condicional.
4- La liberación de los y las presas que han cumplido las 3⁄4 partes de su condena.
5- La liberación de los y las presas gravemente enfermas y la toma de medidas para la asistencia sanitaria adecuada para todas las personas encarceladas.
6- Que la política penitenciaria que aplican los Estados español y francés se sitúe en claves de resolución, para incidir en positivo en la vía abierta para la solución del conflicto que vive el País Vasco.
En adhesión a estas reclamaciones, llamamos a la ciudadanía a tomar parte en la movilización general
popular convocada para el próximo 7 de enero en Bilbao.
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